miércoles, 4 de enero de 2012

Hoy quiero ser un zorzal. Quiero venir del norte, habiendo dejado atrás las cirrus blanquesinas, dirigiéndome al sur con aire de elegancia. Le admito que sugiriendo este desencadenado viaje son mi mas presentes deseos llevarlo a usted de paseo. Incorporándome así, obtengo un ramillete de petunias salvajes, que representan mi amor mas persistente. Amor al aire. Vuelo, entonces, como quien aloja el terciopelo entre las nubes; me despliego, como alas sin medida alguna. Oh dulce petunia, exclama tu libertad incondicional, tu necesidad del vuelo individual y reclama urgente la extrañes que te perturba. Amor al aire, extrañando el grato abrigo que me otorga tu sonrisa de aureolas.
Hoy quiero ser zorzal e ir mas allá del bien y del mal.
Volar a donde volar, sin planes ni escapatorias. Sin resoluciones, falta de aviones y de locutores. Mi propia voz comandando el cielo raso y la atmósfera boreal. A donde me dirija me llevaré conmigo, mi dirección y domicilio será mi decisión, por más que el hado resuelva otro bordado.
Pero sin saberlo con certeza, quizás, el aire siempre me pesa. Atraviesa mis alas de par en par y hace que mis petunias se esclarezcan de ternura.
Hoy quiero ser zorzal, para no dejarme llevar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario