jueves, 8 de diciembre de 2011

La sorpresa es testigo de ilusión
pero al rato se vuelve desilusión
la mente se cierra y el espíritu tiene
una mínima idea de lo que quiere hacer
respirar

2 comentarios:

  1. Vivimos en una ilusión,
    yo te quiero tanto tanto,
    que creo que podría abrazarte y
    sentirme cada día un poco más cerca.

    ResponderEliminar