A veces llega un punto donde ya no vale la pena luchar.
¿Cuánto se puede desgastar una amistad? Creía que cuando uno pelea con el otro, la amistad se fortalece. Ahora ya no sé. Cuido, trato, continuo y hasta me he adecuado. Amo, quiero, adoro, ayudo...estoy.
Pero ¿qué hay de parte de la otra persona? a veces mucho, a veces muy poco. A veces llega un punto donde no vale la pena luchar. Es como marchar sobre un camino de barriles sin fondo, ¿no? vertiendo el pasado, la ilusión del futuro y el presente cansado. La amistad es como un vínculo de sinceridad majestuosa, donde no hay que esconder tesoros, por que la amistad ya es la moneda más grande. Siempre está el eje que la mantiene, el punto clave de la armonía, pero ¿se pierde? ¿es posible perder la esencia que uno conoce del otro? Ya no sé quien es, no sé. Por un momento volvimos a ser lo que eramos hace tiempo atrás, lo que en realidad somos. Pero eso tiene que mostrarse tanto interior como exteriormente. Y no precisamente es eso. Así que ya está, a veces hay que seguir con lo que uno sabe, sabiendo que hizo todo por mantener y construir un amor de amistad.
Dejalo ser. Que cuando llores por las ramas, la amistad va a llover a cántaros.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario