jueves, 7 de julio de 2011

El té vierte las almendras que al cedrón se les escapó. Si confundo tu sonrisa, razón y piel.
Si allá en el norte tengo sed, y por tí me perdería. Si confundo tus caricias, pasión y ley.
Cuando quemas, cuando cuelgas las ropas en el tender, ¿abrochas las pendras? no me gustan los broches. Me gusta el olor a caramelo masticable de banana y el aroma del vapor, cuando hierve la acelga. Dentro de la caldera, sumergiendose en el barro ya destinado a ser eso. A ser cocina. Me gusta el olor a lavanderia cuando piso las veredas; el juicio coherente, los anhelos perdidos y recuperados.
Cuando el closet  habla y el orgullo es ambiguo. Me gusta tener esperanzas de alguna nevada precipitada en el centro de una ciudad donde nunca nevó. Mis pies, me gustan mis pies. Pero de vez en cuando me desintoxico con udianabanda. Respiro profundo, sin contar las cinco vueltas de la ronda.

2 comentarios:

  1. "Me gusta tener esperanzas de alguna nevada precipitada en el centro de una ciudad donde nunca nevó" Feliz 9 de Julio :)

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  2. Que lindo esto que escribiste,
    estoy melancólica otra vez

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