miércoles, 8 de febrero de 2012

El flaco que se hizo grande cantándole a la vida.














Muchacha pechos de miel, no corras mas,
quedate hasta el dia.
Duerme un poco y yo, entre tanto, construire
un castillo con tu vientre,
hasta que el sol, muchacha, te haga reir,
hasta llorar, hasta lorar.
Y no hables mas, muchacha corazon de tiza,
cuando todo duerma te robare un color.
La primera vez que te ví, esta canción estaba escrita y enmarcada en el pasillo que conducía al baño, en la planta baja de mi casa. Con el tiempo esta canción se me hizo costumbre. La escuché en la acústica muchas veces, y la releí en varias oportunidades. Me hacías imaginar a la muchacha, la situación de un hombre entrando por la ventana y robándole colores. Ahora el cuadrito sigue en el mismo lugar que siempre.

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