Desde el número 27 hasta las puntas de mis pies. Como susurro de viento; como el verano con brisa. De repende, inesperado, pero pedido. Va llegando poco a poco, ese paquete que se había perdido en otros paises. Y me das como últimos regalos de ese ciclo los mejores anhelos que puedo yo tener.
La vida es: como estrato, celaje, cúmulo. Sin vergüenza, ni antipatia. Profunda como el piélago en confianza, y abundante como la pasión atmosférica. Sin regazo, suelto, como atuendo.
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Che, te envidio sabías?
ResponderEliminarMe pone TAN contenta, te lo merecés como pocas personas de este planeta Tierra.
Ahora manos, digo garras a la obra!